martes, 8 de octubre de 2013


La Purga


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Si bien la película no hace gran despliegue en nada en particular (sin efectos especiales, guión sencillo y argumento muy predecible, ni a nivel de audio o vídeo nada reseñable…), me quedo con algo que sí que me ha encantado, y es la feroz crítica (o al menos esa es mi humilde opinión) que hace sobre el mundo en el que vivimos, en el que queramos o no, el dinero es la moneda de cambio para todo. Da igual que sean posesiones, sentimientos o la vida misma, el dinero siempre está ahí, hace que la gente actúe de una manera u otra, que saquemos lo peor de nosotros mismos por él. Muestra esa cara oculta de las personas, esa que nos hace el ser más destructivo y nocivo que habita la faz de la tierra, y a la misma vez, la película nos muestra como somos capaces de lo mejor, de dar sin esperar recibir nada a cambio, de ofrecer lo mucho o poco que tengamos si hay otro que lo necesita.
Creo que la película invita a una profunda reflexión, que nos hace mirar en nuestro interior y pensar que clase de mundo queremos, que clase de persona queremos ser. Nos hace ver que somos capaces de lo mejor y lo peor, y nos da la opción de elegir el tipo de persona que queremos ser.
Desde que Estados Unidos tiene supremacía sobre todos los demás países, deberíamos buscar con lupa para encontrar cualquier guerra o confrontación donde no haya obtenido beneficio de modo alguno (porque lo queramos o no, al final siempre sale a relucir su nombre de uno u otro modo). ¿Guerras en las que no haya “ganadores”? Lo dudo. ¿Guerras en las que haya ganadores entre los directamente implicados? Lo dudo también.
Armas para esas guerras, dinero para reconstruir países, vacunas para las enfermedades… Siento ser tan extremadamente crítico, pero para que unos se enriquezcan, deben vivir de la pobreza de otros, del sufrimiento de muchos se alimentan unos pocos…
Y al final… siempre el maldito dinero.
“No hay mayor poder que utilizar el miedo de la gente para tus propósitos”.